El padre Joubert era un sacerdote diocesano, pero es parte de esta historia de los mártires xaverianos de la RD Congo. Fue asesinado junto con el padre Giovanni Didonè en la parroquia de Fizi. También él está en proceso de beatificación igual que el hermano Faccin y los padres Carrara y Didonè.

Albert Joubert nació en san Luis de Murumbi, actual Moba, el 21 de noviembre de 1908, cerca del lago Tanganica, en el Sur-Este de la República Democrática del Congo. Murumbi es la montaña que domina el paisaje de Moba y es también el símbolo de una gran persona, el Capitán Joubert, papá del padre Albert.

Como el Murumbi, el capitán dominó el territorio defendiendo a la población contra la trata de esclavos. En 1880, fue enviado al Congo por monseñor Lavigérie para custodiar a las caravanas de los primeros misioneros contra los esclavistas.

 El capitán se naturalizó congolés cuando se casó, en 1888, con Agnès Atakae, nacida en Masanza en 1874. De esta manera pudo contraer nupcias civil y religiosamente. Él y su esposa educaron a sus hijos insistiendo en los valores cristianos para que el Evangelio se transmitiera de generación en generación. Tuvieron 10 hijos, dos murieron en tierna edad y dos fueron sacerdotes el padre Albert y su hermano menor Jean.

Albert vivió sus tres primeros años en san Luis, Moba, pero la enfermedad de la fiebre amarilla obligó a los habitantes a abandonar la aldea y se instalaron en Santa María, cerca de Baudoinville, hoy Kirungu.

Después de haber terminado su educación primaria en Santa María, Albert entró al seminario menor de Lusaka cuando tenía 12 años. En el seminario, Albert trata de dominar su carácter para ser discreto y humilde. Todos lo conocían como el hijo del célebre capitán Joubert, pero él, no buscaba privilegios y crecía en la obediencia y la disponibilidad.

Estando ya en el seminario mayor, en 1925, hizo esta promesa: Declaro conocer perfectamente todas las responsabilidades y los deberes derivados de esta orden sagrada, responsabilidades y deberes que elijo conscientemente y me propongo, con la ayuda de Dios, cumplirlos cuidadosamente durante toda mi vida.

El 19 de mayo de 1935, a Baudoinville, Albert fue ordenado diácono junto con otros cuatro compañeros, y el 6 de octubre del mismo año fue ordenado sacerdote.

Prometo obedecer siempre a todo lo que mis superiores me ordenen y a lo que la disciplina de la Iglesia me pida. Estoy dispuesto a dar ejemplos de virtud con la palabra y con las obras, para que pueda recibir la recompensa del Señor.

El padre Albert vivió su sacerdocio con docilidad, dispuesto a partir a las parroquias más alejadas para que todos conocieran a Cristo. Por su vida de oración regular y constante, Albert era ante todo un hombre de Dios, la Palabra de Dios inspiraba sus decisiones y era la alegría de su corazón. Compartía la alegría de una vida nueva en Cristo. Visitaba las aldeas durante varios días para encontrar a la gente más abandonada y administrarles los sacramentos, para formar y animar a los catequistas.

El padre Albert también trabajó mucho tiempo en la educación, fue maestro en el seminario menor de Lusaka y de Mungombe, así como director de las escuelas de las parroquias donde estuvo. Durante la revolución Mulelista pedía a los papás que enviaran a los niños a la escuela, pues creía que todo desarrollo depende de la educación y que es en el vacío del pensamiento que nace el mal.

La cruz es el símbolo de la salvación, de esperanza en el sufrimiento y de fuerza en las pruebas. La cruz estaba muy presente en la vida del padre Albert desde su infancia cuando tuvo que salir de su pueblo a causa de la fiebre amarilla, cuando fue torturado por un grupo de Mulelistas que odiaban a los cristianos. Fueron a buscarlo a Kibanga, lo encarcelaron durante quince días, luego lo llevaron a Fizi donde fue liberado. Fue ahí que lo recibió el padre Didonè y compartieron el ministerio sacerdotal durante dos meses. La persecución continuó y fue asesinado el 28 de noviembre de 1964 junto con el padre Didonè. El padre Albert tenía 58 años.