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José Luis Vega López

Canto a Dios para decirle y que me diga tantas cosas.

Canto a Dios para decirle y que me diga tantas cosas.

Hola que tal, mi nombre es Natalie Gallegos Espino y asisto a la misa dominical en la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, una capilla que es atendida por los misioneros xaverianos en la ciudad de Torreón Coahuila. Desde hace dos años empecé a realizar algunos servicios dentro de la iglesia, pero ha sido desde hace un poco más de dos meses que decidí integrarme al coro de dicha comunidad.

Eso representó para mí un nuevo reto. Este es el de comenzar una nueva experiencia dentro de mi servicio a la iglesia. Para ello tuve que integrarme a un nuevo grupo, aprender nuevas cosas, dedicar tiempo a los ensayos y empezar a tener disciplina musical, pues, aunque por el momento toco el pandero, ya estoy aprendiendo también a tocar la guitarra. Sin embargo, todos estos compromisos, que en ocasiones me requieren cierto sacrificio, no los veo como una carga molesta. Ellos constituyen para mí una forma de manifestar lo que yo siento por mi Dios. Yo lo hago porque me nace de lo más profundo del corazón. El ánimo para realizar todas esas cosas surge del pensamiento y sentimiento de que Dios es aquel que, en su inmensa bondad, me ha regalado la vida, mi familia, me ha dado también varios dones como éste de la música que tanto me gusta y disfruto, pero también porque reconozco que él me ha ayudado muchas veces en circunstancias complicadas a salir adelante. Cantarle con gusto es para mí la oportunidad de darle unas grandes gracias con algo bello que yo he aprendido a hacer. De hecho, el participar en este coro me ha llevado también a invitar a otros a que que ese mismo sentimiento nazca y crezca en sus corazones. Por ejemplo, a los miembros de mi familia, ya que en la casa les voy enseñando las canciones que voy aprendiendo y así las podemos cantar juntos. También tengo un hermano mayor quien se ha integrado recientemente al grupo gracias a mi testimonio. Él es quien no solamente me acompaña a la misa y ensaya conmigo, sino que también me cuida.

La experiencia de incluirme en el ministerio de la música dentro de la liturgia, a pesar del poco tiempo que tengo en él me ha traído grandes y gratas experiencias. Entre las que más atesoro es la oportunidad de conocer personas que te brindan su tiempo, su paciencia y su dedicación para ayudarte a aprender y desarrollar dones nuevos. En mi caso, yo agradezco a la señora Gaby, la maestra de nuestro coro, pues es atreves de su empeño yo he podido desarrollar talentos que yo tenía en mí y que ignoraba, como el tocar la guitarra. También he descubierto la posibilidad de reflejar y compartir mis emociones con Dios y con los demás hermanos cristianos de una forma bastante hermosa. Es decir, a través del canto sé que puedo expresar lo orgullosa que me siento de tener un Dios tan bueno y de que junto con mi comunidad parroquial lo alabemos de un forma simpática y divertida.

Finalmente yo recomendaría a todas las personas en general y a los jóvenes en particular a buscar dentro de su propia Iglesia un espacio de actividad y servicio en donde puedan desarrollar sus capacidades personales y que al mismo tiempo beneficie a su comunidad cristiana. Todos tenemos mucho que aportar a los demás y con ello sentirnos satisfechos también de que Cristo goza y se complace de nuestra generosidad. Les comparto que también desearía, en un futuro no muy lejano, componer unos versos o alguna canción a Jesús y cantársela con todo mi corazón. ¡Anímate tú también a dar a Cristo las grandezas de tu ser!

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