JESUCRISTO MODELO DE HUMANIDAD
El rostro humano que guiará nuestro caminar en el ciclo escolar 2018 – 2019 tiene como modelo a Jesús, humanamente presenta un equilibrio que sorprende. Sin exaltaciones ni abatimientos. Aun en los momentos más decisivos de la prueba y que no son pocos, saca fuerzas de la flaqueza para reaccionar con energía, siempre en fidelidad amorosa a la voluntad del Padre. Sabe conmoverse y llorar. Es profundamente humano. Mucho más humano que Juan el Bautista, por ejemplo, no conoce la insensibilidad ni la apatía; y, menos todavía, la frialdad. Es perfectamente hombre y Hombre perfecto. Todas las páginas del Evangelio son un grito que proclama su humanidad y su humanismo.
UN EVANGELIO QUE HUMANIZA
Jesús tiene una personalidad que atrae, cautiva, tiene autoridad, actúa completamente libre y con autoridad, al mismo tiempo es sencillo. No se pierde en abstracciones. Sus palabras son sencillas para los sencillos, directas, incisivas y, al mismo tiempo, tan profundas que a veces producen vértigo, y se convierten para la conciencia humana en un permanente y vigoroso revulsivo interior, capaz de conmover los cimientos mismos de la persona y de la sociedad; sería bueno hacer un pequeño recorrido de esos encuentros humanos y humanizadores de hombres y mujeres: solo a modo de ejemplo nombro a la samaritana, la Sirofenicia, la Magdalena, Mateo, Zaqueo…
HUMANIDAD RICA Y EQUILIBRADA
San Guido afirma de muchas maneras que “una humanidad rica y equilibrada es la mejor síntesis de las virtudes del Xaveriano”. Los escritos que presentan el perfil humano del Xaveriano en nuestro magisterio de familia misionera es abundante, a lo largo del año tendremos oportunidad de leer, releer, meditar, orar algunos de ellos, aquí solo menciono uno o dos, puesto como dice el refrán: “para muestra basta un botón”.
Pongo especial atención en el aprecio; nuestra comunidad de teología es intercultural, es un hecho que quienes provenimos del mismo rumbo somos tan distintos, con mayor razón los hermanos que llegan de otro continente, de otros países… aprecio para San Guido significa valorar la persona en sí misma, sea quien sea, venga de donde venga, sin importar la raza y el color de la piel, ni la posición económica , ni siquiera el credo que profesa; aprecio es reconocer los talentos, capacidades, riquezas de quien es diferente; algunos ejemplos: describía de esta manera Nuestro Santo Fundador al P. Vanzin es un sacerdote de gran compromiso, de una grande actividad y es emprendedor … posee además mucho criterio; en él prevalece la voluntad al sentimiento. Mientras que describe de la manera siguiente al P. Di Martino no posee las dotes del anterior (no se parecen, no son copias, no han sido cortados con el mismo patrón) sin embargo tiene mucho ingenio y más sentimiento. Tiene necesidad de tanto en tanto que le animen y encontrar alguien que confíe en él.
LA DIMENSIÓN HUMANA EN EL MAGISTERIO ECLESIAL
“El futuro misionero… debe ser capaz de tomar iniciativas, constante para continuar los trabajos hasta el fin, perseverante en las dificultades, paciente y fuerte para soportar la soledad, el cansancio y el trabajo infructuoso. Con mente abierta y grand corazón irá al encuentro de los hombres; sabrá adaptarse a la diversidad de costumbres de los pueblos y al cambio de las situaciones; en plena armonía y con recíproca caridad ofrecerá su colaboración a los cohermanos y a todos aquellos que desempeñan su mismo trabajo” (A G 25).
El magisterio más reciente sigue insistiendo en la formación humana, sin ella toda formación carecería de fundamento; por tanto, es indispensable la educación a amar la verdad, la lealtad, el respeto por la persona, el sentido de la justicia, la fidelidad a la palabra dada, la verdadera compasión, la coherencia y, en particular, el equilibrio de juicio y de comportamiento (PDV 43).
LA HUMANIDAD DEL JOVEN
Los jóvenes de todos los tiempos son personas humanas que cuentan con grandes riquezas y como todos nosotros de límites. Hay que conocer los jóvenes de hoy para amarlos, sin conocer no se ama y hay que apreciar, valorar, aceptar las aportaciones de sus talentos y alegrarnos con las expresiones nuevas de sus capacidades que aunque difieren de todo lo nuestro son una riqueza que no podemos desperdiciar, rechazar y privarnos de una riqueza mayor que humaniza a quienes son capaces de poner en común lo que somos y tenemos.
Virgen de Guadalupe tú que seguiste el mismo camino de tu Hijo; has unido de manera armónica, poética, con música y cantos de pájaros la realidad humana con la divina, has puesto en común nuestra pobreza con el Verdadero Dios por quien se vive. “Acompáñanos en nuestro caminar”
