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Rafael Aguilar Flores SX

"Que salga tu Reino Señor"

¿Qué sentido tiene caminar más de 13 kilómetros, desvelados, sin comer, sin la intención de recibir un trofeo? Esa pregunta me iba haciendo durante la peregrinación al monumento de Cristo Rey en el Cerro del Cubilete de Silao Guanajuato. En medio de miles de jóvenes, con los ojos queriéndose cerrar, el cuerpo adolorido y las “tripas” chillando, reflexionaba sobre lo que estaba viviendo: una peregrinación. Y es que el resultado de ese caminar no lo había apreciado sino hasta ahora, al recordar cada momento vivido durante la clausura en México del año de la juventud.

Durante una caminata, no es la meta lo más importante, sino el caminar, el tiempo preciado para reflexionar. Mientras caminaba iba pensando en el proyecto del Reino de Dios, cómo en la oración del Padre Nuestro pedimos “que venga tu Reino”. Pensaba que conviene decir también “que salga tu Reino”, sí, que salga, pues el Reino de Dios está en cada uno de nosotros. Tener el Reino en nuestra vida es la consecuencia de haber aceptado a Jesús como nuestro Rey, a creer en el sueño de Cristo: que todos seamos hermanos hijos de un mismo Papá.

El monumento a Cristo Rey hace memoria a los testigos que creyeron y lucharon por este proyecto de vida, el mismo proyecto de Jesús. Nuestros mártires de Cristo Rey son testimonio de que en esta vida se puede construir el Reino de Paz, Justicia y Amor. Aunque la consecuencia sea la muerte, vale la pena morir por Aquél que es la fuente de la vida: Cristo Rey.

Todavía sigo orando para que el Reino de Dios salga de nuestros corazones y comencemos a construir un mundo más humano, donde nuestra única preocupación sea el dar amor. Tener a Cristo como Rey no es sólo cuestión de fe, sino de compromiso para construir el sueño por el que Cristo fue asesinado. Que el Reino de Dios salga para manifestar el rostro humano de ese Dios que quiere que todos seamos uno y que hagamos del mundo una sola familia.

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