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P. Paulino Ramírez s.x.

¡Ustedes son el ahora de Dios!

Se me ha pedido hablar de los jóvenes de hoy subrayando el aspecto vocacional, y para comenzar nos preguntaremos: ¿cómo se puede influir en los jóvenes para una entrega al servicio del reino? Esta es una tarea vasta y ambiciosa que intentaré responder de manera sintética desde mi experiencia pastoral y misionera.

Vivir la realidad de los jóvenes

Para empezar, hay que estar muy atentos cuando hablamos de los jóvenes para no caer en la especulación. Viviendo realidades sociológicas económicas diferentes, me he dado cuenta que el peso del modelo económico, influye y unifica considerablemente la mentalidad juvenil (globalización). Hoy en día considero que los jóvenes manifiestan una fragilidad, aunque sean abiertos, disponibles y generosos. Ya no pesan sobre ellos ciertas ideologías como en el pasado. Aspiran a relaciones auténticas y están en búsqueda de la verdad, pero al no encontrarlas en la realidad que viven, esperan encontrarlas en su propio interior. Sin embargo, aunque el contexto social no les ayuda, están dispuestos a comprometerse con algunas causas más grandes que las suyas.

No pocas veces he escuchado decir en ambientes juveniles: Dios me ha abandonado, Dios no me escucha. Vivimos inmersos en la rutina y en las miles de actividades que el mundo de hoy nos exige. Tanta actividad puede hacernos perder el sentido de nuestra vida y llevarnos a sentirnos desorientados, solos. Esto es un problema; debemos darnos cuenta que Dios está presente siempre en nuestra vida, pero con esta dinámica no lo podemos sentir, ni escuchar, ni contemplar. 

Si prestamos atención, podemos darnos cuenta que en cada paso que damos, en cada situación que vivimos, buena o mala, Dios está ahí, esperando y alegrándose cuando nos dejamos encontrar. Creo que, equivocadamente, muchos jóvenes creen que solo podemos encontrar a Dios en momentos extraordinarios. Y Dios está en esos momentos, pero también está en nuestra vida diaria. 

Involucrarse para trabajar ahora en la misión

Recordando la homilía en la Misa de envío de la Jornada Mundial de la Juventud 2019, el Papa pidió con fuerza a los setecientos mil jóvenes reunidos que se dejaran enamorar por el Señor y que pelearan por su espacio hoy, porque la vida es hoy. El Papa instó a jóvenes llegados de más de ciento cincuenta países para la Jornada Mundial de la Juventud, a poner en acto el sueño con el que el Señor los soñó, ahora, porque les dijo, ustedes no son el futuro sino el ahora de Dios.

El Santo Padre evidencia en sus discursos el valor de reconocer que nos necesitamos y que tenemos que esforzarnos en propiciar canales y espacios en los qué involucrarse en soñar y trabajar el mañana ya desde hoy, juntos.

La dicha de ser llamados en nuestra juventud

Muchas veces pasamos por alto que el Señor nos llama desde nuestra juventud. Tomamos como un juego el estar llamados a servirle; cuando en realidad es un regalo maravilloso. Amigo, cuando Jesús entra en nuestra vida, debemos darle permiso que tome todas las áreas de nuestro ser, debemos mostrar nuestra disponibilidad y poner de nuestra parte. Enamorarnos de Jesús es una aventura maravillosa, el Señor permanece fiel, y nos ayuda a continuar. Pero debemos enamorarnos del Señor, no poner excusas para ir al encuentro de Jesús. Dios no nos quita nada, pero nos da todo. Entregar al Señor los mejores años de nuestra vida es la mejor decisión que se puede tomar en la vida. Hoy es tu tiempo, es el tiempo de realizar el sueño de Dios, al cual Él te invita, hoy es la hora de la misión. La mision te espera, no tengas miedo de dar el sí a Dios.