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P. Guillermo Jiménez s.x.

El primer estudio

Continuando con la exhortación que el papa Benedicto XV dirige a los misioneros, nos encontramos con el llamado a la preparación intelectual y técnica, expuesto en seis números que empiezan con la afirmación de no descuidar la diligente preparación que exige la vida del misionero, haciendo hincapié en adquirir un buen caudal de doctrina para poder contestar a muchas dificultades en materia de religión y a consultas difíciles.

Esto lo dice después de aclarar que, en orden a salvar almas, prevalecen los medios sobrenaturales de la virtud sobre los de la ciencia.

Con respecto a la preparación técnica solo encontramos esta frase: Conviene, pues, que los aspirantes al sacerdocio que se sientan con vocación misionera… se hagan con todo el acopio de conocimientos sagrados y profanos que las distintas situaciones del misionero reclamen. Es algo muy cierto, ya que no es lo mismo un país como Japón a otro país con una economía precaria, donde el misionero necesita también idear cómo realizar una obra, por ejemplo, la construcción de una iglesia, contando solo con la adquisición de la materia prima y fabricar todo en el lugar: ladrillos cocidos, bloques de cemento, puertas, ventanas, bancas, armarios… sin una preparación técnica es imposible, y esto lo vi en Congo, hace unos pocos años.

Este punto termina con el mandato que el Papa da al Pontificio Colegio Urbano de que se abran clases en las que se enseñe cuanto se refiere a la ciencia de las misiones: la misionología empezaba a impartirse como una nueva ciencia.

Hace cien años, el papa Benedicto XV también subrayaba la importancia del estudio de las lenguas indígenas, pero no como algo añadido simplemente, sino que dice que sea el primer estudio, tratando de fundamentar su afirmación con algunas razones diciendo cuán fácilmente, quien maneja bien el idioma, puede captar los ánimos de los naturales, o también que el misionero que se precie de diligente en el cumplimiento de su deber no deja completamente en manos de catequistas la explicación de la doctrina, que considera una de sus principales ocupaciones.

Es muy cierto que el idioma abre muchas puertas, lo digo por experiencia personal, que ayuda a mejor comprender a la gente del lugar, pero, ¿qué pasa con aquellos que no logran aprender bien el lenguaje local? Queda siempre válida la frase del Papa en el punto anterior: Prevalecen siempre los medios sobrenaturales de la virtud. Me referían sobre un misionero que no pudo aprender el swahili, pero que fue muy apreciado por la gente debido a su manera de ser y de relacionarse.

Para que la virtud y los medios sobrenaturales actúen en la misión, se necesita vivir también los otros puntos que el Papa dirige a los misioneros en esta exhortación: la santidad de vida (ha de ser hombre de Dios quien a Dios tiene que predicar), la caridad y la mansedumbre, además de una vida llena de confianza en Dios, para que las dificultades no venzan al misionero.