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P. Alberto Morales s.x.

Mártires de Tibhirine

Eran los inicios de los años noventa cuando Argelia, un país norteafricano, comienza a vivir una guerra civil que duró más de una década. Como en todo conflicto armado, la población inocente y aquellos que buscaban la paz y la reconciliación pagaron las consecuencias muchas veces con su sangre. Este fue el caso de los siete monjes trapenses que queremos recordar en estas líneas.

Todos eran de origen francés. Vivían en un monasterio llamado Santa María del Atlas, mejor conocido como Tibhirine, que en lengua local significa Jardín. En total eran nueve monjes que se dedicaban a la oración y a la contemplación, pero también ayudaban a la gente enseñándolos a cultivar la tierra y a curarlos de diversas enfermedades pues uno de ellos era médico de profesión. Su presencia en esas tierras musulmanas era mostrar que era posible una convivencia fecunda entre cristianos y musulmanes, que existen caminos para unir a personas de culturas, razas y religiones distintas.

Desde que inició el conflicto en el país, los monjes fueron invitados por las autoridades civiles y religiosas a dejar el lugar, o a trasladarse a un lugar más seguro, pero ellos decidieron quedarse al lado de la gente con quienes había siempre convivido pacíficamente. En esos momentos difíciles, se dedicaban también a curar a los rebeldes heridos en los combates. Eran conscientes del riesgo que corrían sus vidas, pero permanecieron fieles a su vocación y misión.

El 26 de marzo de 1996, siete de ellos fueron secuestrados por el Grupo Islámico Armado. A cambio de su libertad pedían la liberación de prisioneros del grupo armado. Por diversas circunstancias las negociaciones fracasaron y los siete monjes fueron asesinados el 21 de mayo de 1996, pero solo sus cabezas fueron encontradas el 30 de mayo, sus cuerpos jamás fueron hallados.

El papa Francisco los reconoció como mártires de la fe cristiana católica y el 8 de diciembre de 2018 fueron beatificados en el santuario de Nuestra Señora de la Santa Cruz en Orán, Argelia. La ceremonia fue presidida por el cardenal Becciu. Sus nombres son: hermano Paul Favre-Miville, padre Christian de Chergé, padre Christian Lemarchand, conocido como Bruno, padre Christophe, Paul Dochier, conocido como el hermano Luc, hermano Michel Fleury y el padre Célestin Ringeard.

Antes de su muerte el padre Christian escribió: Si me sucediera un día, y ese día podría ser hoy, ser víctima del terrorismo que parece querer abarcar en este momento a todos los extranjeros que viven en Argelia, yo quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia recuerden que mi vida estaba entregada a Dios y a este país. Desearía, llegado el momento, tener ese instante de lucidez que me permita pedir el perdón de Dios y el de mis hermanos los hombres, y perdonar, al mismo tiempo, de todo corazón, a quien me hubiera herido.