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Hno. Andrés Ibáñez s.x. Dalia Lara

Poner su granito de arena

El Sínodo de los Obispos convocado por el papa Francisco en toda la Iglesia universal, ha sido un buen motivo para reflexionar las fortalezas y los desafíos que los jóvenes tienen que enfrentar para defender y profundizar su fe.

En el 2017, nuestros obispos de México declararon el 2018, como el Año de la Juventud y decretaron que, para el mes de agosto de todos los años siguientes, el domingo siguiente al Día Internacional de la Juventud, el Día de la Juventud Católica. Estos son signos de conversión de nuestros obispos mexicanos, que quieren expresar el proceso de evangelización de los jóvenes en nuestro país.

Realidad juvenil

Nuestra parroquia xaveriana de Santa Cruz, se encuentra ubicada en la región huasteca del estado de Hidalgo, en la Diócesis de Huejutla, en la parte norte de este estado. Se atienden en la parroquia, 33 comunidades a las que se llega ahora con fácil acceso. La gran mayoría de los jóvenes tiene acceso a las telesecundarias o COBAEH (Colegio de Bachilleres del Estado de Hidalgo), centros a los cuales se llega a través de transporte público.

Los jóvenes de esta región, podría decirse que ya no se identifican con el mundo indígena, muchos de ellos han nacido en otras ciudades, fuera de la Huasteca, debido a que sus padres emigraron en busca de mejores condiciones de vida. Algunos jóvenes siguen ayudando a sus padres en las labores más sencillas relacionadas con el campo o la ganadería, pero muchos de ellos se sienten ajenos a las labores del campo.

La tecnología y las redes sociales han llegado a los jóvenes de nuestras comunidades, saben y conocen el manejo de estos instrumentos de comunicación, y no son ajenos a la realidad global. Los jóvenes están viviendo su propio proceso de inserción y de mestizaje forzado. El idioma materno del náhuatl se ha ido sustituyendo en las escuelas por el inglés, donde el español es preferido a su lengua materna. Ciertamente el náhuatl lo hablan y se comunican muy bien como una herencia que les da identidad, aunque no sea muy valorado.

En el contexto religioso y vocacional, como se menciona en el documento preparatorio al Sínodo de los Obispos, los jóvenes tienen grandes fortalezas pero al mismo tiempo muchos desafíos que enfrentar, ya lo dijo el papa Francisco en su encuentro con los jóvenes en Morelia: Los jóvenes son la riqueza del país, que se encuentran dentro de una montaña rica en minerales y que necesita que el minero lo saque y trabaje con el mineral para que se transforme en esperanza (enero de 2016). ¿Cuántas comunidades parroquiales o religiosas sienten la confianza de los jóvenes? ¿Cuántos estamos dispuestos a favorecer el encuentro y el acompañamiento de los jóvenes?

Grandes interrogantes

La comunidad de Santa Cruz es grande, en ella habitan muchos jóvenes los cuales la gran mayoría son católicos, pero tristemente muy pocos ponen en práctica su fe, son escasos los chicos que asisten a la Misa, al grupo juvenil, a las celebraciones religiosas, etcétera.

Las grandes interrogantes son: ¿Qué está pasando? ¿Por qué los jóvenes se aíslan de la Iglesia? ¿Cuáles son los motivos por los cuales no practican su fe? Platicando con algunos de ellos, llegamos a la conclusion que muchos no asisten por diferentes motivos. La principal es la vergüenza, tienen miedo que después de haber asistido a Misa o alguna celebración, sus compañeros o amigos se burlen de ellos, aunque estos desconozcan las cosas de Dios, debido a que muchos de ellos cuando eran niños solo iban al templo porque sus padres los obligaban a ir a la catequesis para recibir algún sacramento.

Después de haber cumplido, se olvidan de todo, muchos ya ni siquiera comulgan, ni se confiesan y en vez de ser mejores personas caen en vicios fuertes como son la drogadicción, que es la principal adicción en la comunidad y desgraciadamente crece cada día más, aunque cuentan con todo el apoyo necesario para hacerlos reflexionar y se alejen de esas cosas que no los llevan a nada bueno.

Otra de las causas por la que muchos jóvenes no se acercan a la Iglesia, es que muchos dicen que es aburrido, el sacerdote solo habla y que solo van a perder su tiempo, lo cual los desamina con mucha más razón. Pero el motivo principal es la falta de interés, porque yo creo que cuando uno quiere entender, hace el esfuerzo para lograrlo, pero se están dejando llevar por el mal camino. Los jóvenes de hoy solo piensan en divertirse y no les interesa dedicar un tiempo a Dios. No son conscientes que Dios tiene que tener un lugar en nuestra vida, ya que nos ama infinitamente.

Los jóvenes que sí participan, quieren poner su granito de arena con mucho amor. Para animar a los demás realizan actividades animadas y de interés, como eventos deportivos y culturales, poniendo como punto principal los valores y la convivencia armónica entre todos; lo cual está dando buenos resultados para la comunidad joven.