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P. Alberto Morales s.x.

Ayudadme a ser cristiano

Su verdadero nombre es Francisco José Gómez Argüello Wirtz, conocido como Kiko Arguello, nacido en León, España, en 1939. Estudió en la facultad de Bellas Artes de Madrid, donde debido al ambiente ateo y marxista que había, lo hace entrar en una crisis existencial y a cuestionar la formación cristiana que había recibido, porque sentía que no respondía a sus problemas de tipo afectivo, sicológico y de identidad. Esta situación lo hizo alejarse de la Iglesia.

Un día entró a su cuarto y se puso a gritar a ese Dios que no conocía: ¡Ayúdame! ¡No sé quién eres! Según su testimonio, en aquel momento el Señor tuvo piedad de él y tuvo una experiencia profunda de encuentro con el Señor, que lo llevo a sentir la necesidad de ser cristiano. Comenzó una verdadera búsqueda del Señor. Iba a la iglesia y decía a los demás: "¡Ayudadme a hacerme cristiano!".

Convencido de que Cristo está presente en el sufrimiento de los inocentes y últimos de la tierra, en 1964 se va a vivir entre los pobres en Palomeras Altas, a las afueras de Madrid. Allí conoce a Carmen Hernández y ambos, impulsados por el ambiente de los pobres, encontraron una forma de predicación, una síntesis kerigmático-catequética, que daría inicio a la formación de una pequeña comunidad cristiana y al movimiento Neocatecumenal que trata de responder al verdadero sentido del sacramento del bautismo y ofrece una formación profunda de lo que supone ser cristiano. Actualmente está presente en más de 900 diócesis, con más de 300 mil comunidades, en más de 4500 parroquias de 135 países, incluso en pueblos no católicos.

Tras su conversión puso su arte al servicio de la Iglesia. En concreto, a través de la pintura, la música, la arquitectura y la escultura; estos dos últimos para promover una “nueva estética” que lleve a las personas a la fe. Su carisma musical lo ha llevado a musicalizar algunos salmos y pasajes de la biblia que son ampliamente utilizados en las celebraciones eucarísticas y de encuentros catecumenales.

Una de las obras musicales de Argüello es “El sufrimiento de los inocentes” que describe el dolor de la Virgen al pie de la Cruz, cuando fue interpretada en Israel, los hebreos quedaron tan impresionados que se sintieron comprendidos y amados por la Iglesia Católica ante el dolor del Holocausto. Gracias a ello Kiko se convirtió en un puente para el diálogo entre el pueblo judío y la Iglesia.

El papa Francisco al dedicar este año a la reflexión sobre la Sinodalidad, nos da la ocasión de descubrir que en la Iglesia de Cristo hay hombres y mujeres que tienen el carisma de unir y reunir a la gente dispersa por el mundo y que necesitan conocer y amar a Dios. Este es el caso de Kiko Argüello y el movimiento que guía. Todo movimiento católico pone su granito de arena para anunciar a Cristo en el mundo y esto es obra de Dios. Que Dios mismo guíe nuestros pasos y nos haga constructores de su Reino.