Skip to main content
P. Carlos Abraham Zamora s.x.

Búsqueda de la armonía universal

El ser humano es un ser abierto a la contemplación del misterio y a la transcendencia de su propia existencia. Los diferentes pueblos desde la antigüedad han desarrollado el arte musical para expresar su alegría, sus tragedias, su pasión y otros sentimientos que le inspiran a trascender e iluminar su cotidianidad. Así mismo, la humanidad también ha desarrollado manifestaciones que identificamos como música religiosa. La espiritualidad cristiana se ha nutrido de esta gran riqueza y ha propuesto el mensaje del Evangelio a cada cultura y época.

Para el pueblo de Dios, la música religiosa ha sido parte integral de su vida, desarrollando una diversidad de formas: canto popular, alabanza, adoración, música sacra, o destinadas al anuncio de Buena Nueva.

Raíces en la música del pueblo judío

Hemos heredado el uso de los Salmos como fuente de oración y de himnos, con ellos la Iglesia también adoptó una forma de canto con referencia a un texto de la Escritura. En su alabanza, el pueblo de Israel, oraba con cánticos en las sinagogas, en sus hogares, y acompañando también musicalmente los sacrificios del templo de Jerusalén. Enriquecidos de este legado los primeros cristianos judíos integraron esa tradición a su celebración del sacrificio eucarístico.

Comunidades que proclaman al mundo

El día de Pentecostés judíos provenientes de diferentes naciones han escuchado a los apóstoles alabar a Dios y comprender su mensaje en cada una de sus lenguas de origen, se encuentran ahora con un mensaje que sobrepasa su cultura. Las primeras comunidades gradualmente no solo estarán evangelizando a los judíos de la diáspora, pronto se abrirán a la cultura griega y romana. Surgen desafíos dramáticos entre apegarse a la tradición judeo-semita y la apertura a nuevas formas culturales. La Iglesia preserva su herencia de origen, aunque también va haciendo suyo el lenguaje prevaleciente en esa época e incluye las canciones de estilo griego y posteriormente el latín.

La búsqueda de la armonía universal

Alcanzando un desarrollo cultural y musical más avanzado, se llega a una etapa que trata de desarrollar formas musicales que buscan una armonía universal. Surge de manera notable, entre otras figuras que buscan esa perfección, san Gregorio Magno, para sistematizar la tradición del canto de la Iglesia. El canto gregoriano se ve enriquecido con el uso del órgano y la polifonía, llegando a producir música de gran belleza y armonía, pero de un estilo que puede ser sumamente sofisticado y complejo.

Vayan y proclamen a todos, unidos en la diversidad

La naturaleza misionera de la Iglesia la lleva al encuentro con otras tradiciones y culturas, a encarnarse utilizando el lenguaje y los estilos de esos pueblos, conservando las formas de su identidad original, pero también con la apertura a formas nuevas. Es de gran alegría que el anuncio del Evangelio se haga presente en el pueblo de Dios con una gran diversidad de expresiones en los diferentes continentes, de las danzas y alabanzas del África, a las suaves y delicadas melodías de Oriente, de las expresiones alegres y contagiosas de la pastoral juvenil, a los cánticos que acompañan tradiciones centenarias de nuestros pueblos.

Y tú, ¿cómo utilizas la Misa para evangelizar? ¿Compartes con tus amigos música que expresa tu encuentro con Cristo?