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Rafael Aguilar Flores SX

La Madre del Amor

María, la madre del amor, la portadora del “Dios con nosotros” visita a su prima Isabel. Es un gesto de caridad que se vuelve misionero, pues además de llevar ayuda, lleva consigo la Palabra de Dios en su seno. Así como a su prima, María también ha querido visitar nuestro país para traernos el mensaje del amor, pues ella es la portadora del verdadero Dios por quien se vive.

El motivo de su visita fue el gran deseo de manifestarnos su amor maternal y reavivar en nuestros corazones el valor para llamar a Dios: ¡Papá! Por eso solicita la construcción de un Templo, no para rendirle culto, sino para que podamos experimentar día a día las palabras que dulcemente dijo a San Juan Diego: ¡Aquí estoy yo, que soy tu madre!

El amor de un padre y de una madre es el más sublime que existe, es el sentimiento más cercano para expresar el gran amor que Dios tiene por nosotros sus hijos. Si nosotros creemos y aceptamos el amor de Dios Papá, grandes cosas se realizarán en nuestra vida, podremos ser dichosos como María y capaces de vivir nuestro propio “Magnificat” sintiendo cómo nuestra alma se engrandece porque Dios ha puesto su mirada sobre nosotros.

La mirada de Dios sobre María está fundada en su humildad y su servicio, por eso el Salvador del mundo encontró un lugar digno para hacerse hombre. En este tiempo de adviento, la figura de María nos abre el camino hacia la preparación de una morada digna para el nacimiento del Amor. Ella, la madre del Amor, nos enseña cómo ser capaces de engendrar amor en nuestras vidas y gozar de la plenitud de tener a Jesús como nuestro Dios.

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