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P. Guillermo Jiménez s.x.

Siguiendo a Jesús

Si queremos un tema bíblico, del Nuevo Testamento, necesitamos utilizar el verbo seguir, usado en varios lugares, pero de manera especial en las palabras que Jesús dirige a la primera pareja de hermanos que encuentra a la orilla del lago, tal y como lo encontramos en los evangelios de Marcos y Mateo, con un imperativo: Vengan detrás de mí, o conmigo, que se puede bien traducir como síganme (cfr. Mc 1,17; Mt 4,19); en tanto que de la otra pareja solo se dice que los llamó (cfr. Mc 1,20; Mt 4,21).

Puede sonar muy poética la expresión tras las huellas de Jesús, para significar su seguimiento, pero es una expresión muy usada en la cacería, y no en la Biblia; por eso prefiero esta expresión bíblica: seguir a Jesús.

Habiendo tocado el pasaje evangélico de la llamada a los primeros discípulos, según los Evangelios de Marcos y Mateo, podemos reflexionar sobre el mensaje que se quiere transmitir, teniendo en cuenta que los autores bíblicos no pretenden dar a conocer los acontecimientos tal y como sucedieron, sino más bien transmitir un mensaje de fe para que sus lectores crean en Jesús, lo conozcan y lo proclamen a los demás.

Es por eso que no podemos concebir que alguien, pasando cerca mientras se hace el trabajo de todos los días –la pesca en este caso–, diga: síganme, y que, sin conocerlo, lo obedezcan. De esta manera nos lo presentan estos dos evangelistas, ya que, en estos escritos, es la primera vez que se habla de los cuatro pescadores llamados y de su encuentro con Jesús.

En el Evangelio según san Marcos –que es el que escucharemos normalmente en los domingos del tiempo ordinario de este año– vemos que Jesús, durante su vida pública, todo lo que hace o dice es estando con sus discípulos; aunque hay un momento en el cual debería quedarse solo, porque mandó a sus discípulos de dos en dos (cfr. Mc 6,7). Sin embargo el autor, durante ese período, no habla de lo que hizo Jesús, sino que introduce la muerte del Bautista para llenar el hueco que se abre entre el envío de los discípulos y su regreso, como para decirnos que los discípulos nunca están sin Jesús y que la misión que tiene es la de formarlos para realizar las mismas acciones que Él o, como dice en Mc 1,17, para hacerlos pescadores de hombres.

Otra cosa que el evangelista quiere transmitirnos es que, ante el llamado de Jesús es necesario responder inmediatamente, poniéndonos como ejemplo a estos cuatro primeros discípulos que al instante dejaron las redes (lo que estaban haciendo) y lo siguieron (Mc 1,18). Quien tarda en responder puede perder la gran oportunidad de estar con Él, como sucede en el capítulo 5 del libro del Cantar de los Cantares: ¡Ábreme, hermana mía, amiga mía!... Me he quitado la túnica, ¿cómo ponérmela de nuevo?... Mi amado metió la mano por la hendidura… Me levanté para abrir a mi amado… Abrí a mi amado, pero mi amado se había ido de largo. El alma se me salió a su huida.