Xavi comenta con Tere y sus amigos, el pensamiento de Amartya Sen, galardonado del premio Nobel de ciencias económicas. Les dice que, según este autor, la globalización no busca occidentalizar al resto del mundo sino más bien, es una contribución positiva de la civilización occidental al mundo contemporáneo, pues haciendo un recorrido por la historia humana, muchas de las bases de su desarrollo tienen origen europeo: el Renacimiento, la Ilustración, la Revolución Industrial y el alto nivel de vida de Occidente. Globalizar es compartir esos grandes logros con todo el mundo.

El señor Sen también dice que otros ven lo opuesto. La globalización sería una forma de dominación occidental, una estrategia del capitalismo contemporáneo, codicioso y avaro. Las naciones europeas y los Estados Unidos buscan de imponer sus reglas comerciales y económicas, para así exprimir a los más pobres del mundo.

A Xavi le sorprende que este estudioso no perciba la globalización ni como algo “nuevo”, ni como una completa maldición, y tampoco como una fuerza de occidentalización.

Tere está de acuerdo con esa postura. A ella le entusiasma pensar que la humanidad ha compartido conocimientos y recursos desde hace miles de años, pues la globalización ha contribuido al progreso del mundo a través de viajeros, comerciantes, migrantes, y mucha gente que produjo influencias culturales y trasmitió lenguas y conocimientos, incluyendo ciencia y tecnología.

Pepe piensa que la globalización no es solamente resultado de la influencia occidental, los agentes de la globalización aparecen frecuentemente en otras áreas del mundo, como lo vemos actualmente en China y otras naciones asiáticas que buscan mantener el libre mercado mundial.

Pero a Pepe le preocupa que la globalización parezca un medio para implantar de forma total y definitiva una sociedad de consumo. “Pronto viviremos solo para consumir, seremos como máquinas o seres programados” Expresa con cierto fastidio.

Xavi le responde, “el consumismo y control de masas puede darse solo si nos enajenamos, y le damos mayor importancia al tener que al ser, o más atención a las cosas que a las personas. Creo que los jóvenes mantenemos la capacidad de elegir y siempre buscaremos de ser libres”.

“Es cierto, aunque muchos de los chavos que conozco ya sufren cierta dependencia de la modas y de tendencias que son simple manipulación social”, dice Tere; y añade, “algunos muchachos se quedan indiferentes ante los problemas de sus familias y de su comunidad. Me da tristeza ver jóvenes cegados por el ansia de tener o divertirse y no pueden ver las cosas esenciales de la vida, como el amor y el servicio. Pero, yo mantengo mi opinión de que la globalización nos hace bien, si con ella podemos hacer mejor el bien”.

Y a ti, ¿te gusta conocer mejor el mundo con sus retos y desafíos? O ¿solo ves el lado “light”, a tu gusto, del mundo? ¿Te consideras una persona libre o te dejas manipular y dominar por la moda?